martes, 4 de octubre de 2011

El Papel de la Prensa Popular

En Chile, la renovación de autoridades se produce en un ciclo tal, que en el caso edilicio los vecinos de la comuna de Santiago deben esperar cuatro años antes de ejercer influjo electoral sobre la Alcaldía para enmendar rumbo. Puesto que en el curso de ese período las decisiones municipales son múltiples y nos afectan a todos en los más diversos ámbitos, la expresión de la voz ciudadana adquiere especial relieve, sobre todo tratándose de las definiciones unilaterales del actual jefe municipal, Pablo Zalaquett, quien se ha cerrado sistemáticamente a la posibilidad de que los santiaguinos expresemos directamente nuestra opinión sobre materias estratégicas en un referendo local.

Esa situación torna fundamental la posibilidad de que la voz de quienes habitamos este espacio territorial tenga canales de difusión que permitan dar tribuna a las más variadas inquietudes y aspiraciones. Pero la realidad dice otra cosa. En el país existe un oligopolio de los medios de comunicación, el 90% de los cuales está concentrado en dos grandes grupos que lucran con el flujo noticioso y que, por lo demás, en muchos casos desinforman, omitiendo hechos esenciales, catapultando otros superfluos, estigmatizando el movimiento social y subordinando la agenda a los intereses de los grupos económicos que pagan un millonario avisaje en sus páginas y emisiones televisivas y radiales. En ese contexto, la mirada de los vecinos no tiene cabida. ¿Cuál de las grandes empresas mediáticas dará espacio a los pobladores para que denuncien la edificación en altura, si son las inmobiliarias las que publicitan en aquéllas? ¿Qué diario santiaguino está titulando su portada con la falta de infraestructura en nuestras escuelas municipales? ¿Cuál de los medios de prensa está divulgando que Chile está en el tercio inferior de resultados académicos del mundo? ¿Qué canal de televisión muestra la miseria que se vive en los cités de nuestra comuna?

La ciudadanía debe ir forjando sus propios espacios de comunicación, construyendo puentes que contribuyan a la rearticulación del tejido social. De hecho, las palabras “comunicación” y “comuna” tienen la misma raíz. Comunicar es poner en común y, puesto que nuestra compleja realidad es una, debemos enfrentarla con sentido de unidad, vinculando las más sentidas necesidades de cada cual en distintos instrumentos de expresión: el diario mural, la radio y el canal popular, el afiche, el lienzo, el panfleto, el uso de megáfono, Internet, el stencil y las más variadas formas de muralismo. En esa línea de esfuerzo se inscribe también el Boletín de la Célula Huelén. Porque sabemos que la juventud requiere espacios públicos para desarrollar su actividad, pero la comuna tiene allí una asignatura pendiente. Porque sabemos que la tercera edad es la primera fuerza santiaguina y, sin embargo, las autoridades sólo la recuerdan cuando le van a pedir el voto. Porque sabemos que la tasa de desempleo local supera la cifra nacional y que el salario de las mujeres es 25% inferior al de los hombres por realizar el mismo trabajo. Porque sabemos que hay construcciones en mal estado y muchas personas viviendo la indigencia y durmiendo en las calles. Porque sabemos que los centros de atención primaria y de urgencia de nuestra comuna presentan grave déficit de recursos y de cobertura. Porque no basta saberlo, hay que decirlo.

La participación y la vida democrática se enriquecen cuando hay diversidad de miradas, enfoques e ideas. Desde 1990 hasta la fecha, el país ha visto desaparecer más de 30 medios de comunicación que hicieron un aporte a la toma de conciencia ciudadana. Por ello, el papel de la prensa popular, en tanto manifestación alternativa y fiscalizadora, cobra mayor significación: es hora de dar la palabra a la comunidad.

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