martes, 24 de mayo de 2011

La energía desatada

Hidro Aysen es un proyecto emblemático de una forma de desarrollo hoy en crisis. La gente no lo quiere y al parecer ningún argumento lo convencerá de lo contrario y así, miles de personas a lo largo de todo Chile se manifiestan en contra de la reciente aprobación para el inicio de las obras.

Algunos defienden la naturaleza, otros atacan la concentración de la propiedad y los demás, cuestionan una forma de desarrollo que favorece las necesidades de las empresas transnacionales, en particular la minería. La suma de estos factores constituye la expresión de un cansancio acumulado y de una creciente frustración que bien podría decirse ser el símil de los débiles contra los poderosos, aquellos que por años hacen y deshacen, haciendo oídos sordos a las opiniones. Es decir, sería imposible entender la reacción frente a Hidro Aysen de no existir Pascua Lama.

Esto se traduce en que no sólo está en cuestión una forma de desarrollo económico con fundadas criticas a las mentiras sobre la necesidad eléctrica de Chile sino además, una forma de democracia que ex excluyente y autoritaria. No son dos cosas diferentes, sino expresión de un mismo elemento cual es una sociedad que económica y políticamente dominado por los intereses de pequeños y poderosos grupos que determinan cómo debemos vivir.

Ahora bien, la legítima indignación por Hidro Aysen no debe significar ser inconsistente con el problema de la matriz energética del país. No El agua es un recurso renovable y existen proyectos energéticos cuya factura ambiental es peor con el agravante que son varios. Estamos hablando de los proyectos termoeléctricos cuyo uso de carbón en cantidades inmensas constituyen una amenaza de proporciones en varios zonas de la costa chilena. La construcción de estas plantas no han tenido el revuelo mediático de Hudro Aysen lo cual, desafortunadamente, incide en la continuación de sus operaciones con graves secuelas para el medio ambiente y la salud humana.

Por este camino, vamos llegar inevitablemente a cuestionar todo tipo de construcción de generadoras de electricidad y obviamente, la idea tampoco es enervar la satisfacción de las necesidades sin ofrecer alternativas. Pero es importante también consignar que el crecimiento económico no significa automáticamente un aumento en la demanda eléctrica. Es falsa la asociación hecha y en este sentido, un primer tema indudablemente es la eficiencia energética y esto no apunta al sector residencial sino al productivo. Distintos estudios demuestra que, por una parte, el sector productivo es el mayor demandante, por lejos, de electricidad y, por otra parte, que el crecimiento debe y puede ser logrado sino aumentar en la misma medida el consumo eléctrico. Es decir, no hay que castigar s los que nos son responsables y es una responsabilidad de todos los sectores, avanzar hacia formas de eficiencia energética, ojala normadas.

Polo Cortés

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